Reserva obligatoria
Con sus ruidosos zuecos y su delantal siempre cambiante, Marie-Léontine vigila al párroco... ¡y a los cotillas del pueblo!
Refunfuña y se queja, pero en el fondo tiene un corazón tan grande como éste. Te lo vas a pasar en grande... ¡e incluso puede que te pida que la ayudes con sus tareas!
Refunfuña y se queja, pero en el fondo tiene un corazón tan grande como éste. Te lo vas a pasar en grande... ¡e incluso puede que te pida que la ayudes con sus tareas!